En el cuerpo, los depósitos de grasa cumplen la función de reservar energía y proteger las prominencias óseas, distribuyéndose según patrones genéticamente predeterminados. En general, las mujeres tienden a desarrollar acúmulos grasos en áreas periféricas como caderas y abdomen, mientras que en hombres, el patrón androide se caracteriza por depósitos intrabdominales.

La lipoescultura es ideal para quienes presentan acúmulos grasos periféricos, siempre y cuando la piel tenga un tono adecuado para asegurar una correcta adherencia. En casos de flacidez cutánea significativa, puede ser necesario considerar una lipectomía en la zona afectada.

Es crucial comprender que la lipoescultura no es una solución para la obesidad. Se debe complementar con cambios en los hábitos alimentarios y un programa de ejercicios para fortalecimiento y mejora de la capacidad aeróbica.

Informar al cirujano plástico sobre medicamentos, enfermedades y otros factores que puedan influir en el procedimiento es esencial. Instrucciones prequirúrgicas incluyen ajustes en la dieta, abstenerse de alcohol y ciertas drogas, y dejar de fumar al menos dos semanas antes de la cirugía. Evitar la exposición al sol antes y después del procedimiento es crucial para prevenir inflamación y acumulación de pigmento en la cicatriz.

Evitar estar acostado(a) prolongadamente, caminar breves distancias con frecuencia y realizar ejercicios de respiración profunda son recomendaciones postoperatorias importantes para prevenir complicaciones pulmonares. El uso de una faja de lycra, ejercicios para favorecer la circulación, y seguir las indicaciones para el cuidado de suturas y drenajes son parte integral del proceso de recuperación.

Es común encontrar áreas de fibrosis que requieren masajes especializados y zonas de flacidez que pueden necesitar presión localizada en la faja. Cada caso es único, por lo que el postoperatorio se adapta individualmente.

A pesar de que muchas lipoesculturas son exitosas, existe el riesgo de complicaciones como seromas, hematomas e infecciones, que se pueden controlar con antibióticos, masajes y drenajes. Las asimetrías son frecuentes, y la exposición al sol o cicatrización anormal pueden resultar en hiperpigmentación de las cicatrices o áreas de fibrosis prolongadas.

Reducción de los riesgos quirúrgicos requiere seguir estrictamente las recomendaciones del cirujano plástico.

Una vez logrado un nuevo contorno corporal, los resultados suelen ser excelentes y se mantienen a largo plazo con cuidados dietarios y ejercicios adecuados.

Es fundamental entender que cada individuo es único, al igual que la respuesta de los tejidos del organismo. Al considerar una cirugía plástica, es recomendable preguntar al cirujano plástico sobre información específica y expectativas del procedimiento.